viernes, 25 de septiembre de 2015

Esa de rojo...

Roberto tuvo que pagar mucho dinero por los servicios de intercambio de cuerpos y aunque sólo le había alcanzado a pagar por un cuerpo para las siguiente 24 horas, había elegido a la chica más sexy de todo el catálogo. Con esto esperaba poder cumplir su fantasía de saber lo que era ser una chica y tal vez conocer el sexo desde esa perspectiva.




Sin embargo, el impacto de ver por primera vez sus nuevas boobies colgando de se pecho lo hizo sentir algo incómodo con la idea de ser tocado por alguien más y empezó a sentir una vulnerabilidad de su cuerpo que nunca había experimentado en su vida... un sentimiento que las mujeres han aprendido a superar, pero que es desconocido para los hombres.

Y eso que Roberto aún no sale a la calle y empieza a recibir miradas e insinuaciones...

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