Utilizando un libro de hechizos, Humberto transformó su cuerpo en una copia idéntica de su hermana Carolina.
Le encantó tanto la experiencia de masturbarse su clítoris y sentir un orgasmo como mujer que decidió llevarla al siguiente nivel, así que le llamó por teléfono al novio de su hermana y lo invitó para que fuera y pudiera tener sexo juntos. Sin embargo, él no sabía que su hermana seguía siendo virgen...
-Espera!! Detente!! Cambié de opinión!! Ya no quiero seguir con esto!!
-Lo siento Caro, pero tú me llamaste de sorpresa y esperé mucho porque te animaras. Ahora estoy muy excitado y no me pienso detener.
-No!! Me está doliendo mucho, siento como si me estuvieras partiendo en dos. Detente!! No!!!! Ahhhh!!! Más lento!!! No tan fuerte!! Ahhhhhhhh!!!
-Wow! Caro, no sabía que eras una virgencita. Pero no te preocupes, ya se rompió tu himen.
-¿Mi qué? Espera, me sigue doliendo mucho. Creo que no estoy lo suficientemente lubricada. Deja de moverte!!!
-Me encanta escuchar tus gemidos. Si te mueves más rápido, vas a sentir mucho placer.
-Sí! Creo que tienes razón. Muévete más fuerte!! Métemelo más! Asíiii!!!
-Tienes el coñito bien apretadito Caro. Aunque es tu primera vez ya te mueves como toda una puta.
-No me digas puta!
-No aguanto más Caro. Creo que me voy a venir dentro de ti.
-Qué? No, por favor!! Detente!! Sácalo rápido!!!
-Ahhhhhhhh
Pero ya era demasiado tarde y Humberto sólo veía como empezaba a brotar semen de su nueva vagina, con lo que el hechizo se hacía permanente y estaba condenado a pasar el resto de su vida como la gemela de su hermana. La buena noticia es que la virginidad sólo se pierde una vez y a la siguiente ya no le va a doler tanto la penetración...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario