sábado, 17 de octubre de 2015

Perdiendo la virginidad


Utilizando un libro de hechizos, Humberto transformó su cuerpo en una copia idéntica de su hermana Carolina. 
Le encantó tanto la experiencia  de masturbarse su clítoris y sentir un orgasmo como mujer que decidió llevarla  al siguiente nivel, así que le llamó por teléfono al novio de su hermana y lo invitó para que fuera y pudiera tener sexo juntos. Sin embargo, él no sabía que su hermana seguía siendo virgen...


-Espera!! Detente!! Cambié de opinión!! Ya no quiero seguir con esto!!
-Lo siento Caro, pero tú me llamaste de sorpresa y esperé mucho porque te animaras. Ahora estoy muy excitado y no me pienso detener.
-No!! Me está doliendo mucho, siento como si me estuvieras partiendo en dos. Detente!! No!!!! Ahhhh!!! Más lento!!! No tan fuerte!! Ahhhhhhhh!!!



-Wow! Caro, no sabía que eras una virgencita. Pero no te preocupes, ya se rompió tu himen. 
-¿Mi qué? Espera, me sigue doliendo mucho. Creo que no estoy lo suficientemente lubricada. Deja de moverte!!!
-Me encanta escuchar tus gemidos.  Si te mueves más rápido, vas a sentir mucho placer.
-Sí!  Creo que tienes razón. Muévete más fuerte!! Métemelo más! Asíiii!!!
-Tienes el coñito bien apretadito Caro. Aunque  es tu primera vez ya te mueves como toda una puta.


-No me digas puta!
-No aguanto más Caro. Creo que me voy a venir dentro de ti. 
-Qué? No, por favor!! Detente!! Sácalo rápido!!! 
-Ahhhhhhhh



Pero ya era demasiado tarde y Humberto sólo veía como empezaba a brotar semen de su nueva vagina, con lo que el hechizo se hacía permanente y estaba condenado a pasar el resto de su vida como la gemela de su hermana. La buena noticia es que la virginidad sólo se pierde una vez y a la siguiente ya no le va a doler tanto la penetración...  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario