jueves, 25 de agosto de 2016

La puta - Historia de Emma Finn

El día de hoy quisiera compartir con ustedes una historia original de Emma Finn originalmente publicado en Fictionmanía.  Me atrevo a hacer la traducción  al español de los primeros capítulos de la historia "The Whore", basada en su universo "Golden Gloom" para que conozcan más de su gran trabajo. Ella es una verdadera escritora del género, por lo que los invito a revisar sus otras historias  y libros publicados.


Capítulo 1

Estaba casi seguro de que ella era una puta y eso me atormentaba - tanto que yo la espiaba sin que ella lo supiera.  Eso me emocionaba tanto como lo hacía tocar  la hoja de papel que tenía en el bolsillo y recordar el poder sobrenatural de las palabras que tenía en ella.

Me preguntaba a mí mismo, sólo por un momento, lo que sería leer esas palabras e invocan el encanto del Golden Bloom, para dejarlo transformar mi vida en la de ella

Ella estaba en el supermercado, usando un top sin mangas de mala calidad con un cuello en V escotado.
Su vientre ligeramente redondeado estaba expuesto por encima de su ombligo. Ella llevaba leggings y un par de zapatos de tacón abiertos en los dedos. Ella tenía una cigarrillo sin encender en la boca. En los dedos de su mano derecha, mientras empujaba su carrito de compras, jugaba con un encendedor desechable barato girando la rueda una y otra vez sin hacer suficiente chispa para formar una llama.

Ella tendría unos treinta años, su cuerpo era bastante delgado, pero destonificado. No iba al gimnasio. No salía a correr. Su barbilla estaba empezando a asumir un ligero hundimiento.

Caminé detrás de ella manteniéndome cerca, ya bastante seducido, mientras ella iba por los pasillos. Ella no camina como una modelo con un pie directamente en frente del otro, pero sus movimientos eran femeninos. Pasó el dedo índice a lo largo de los artículos en el estante, golpeando con su uña pintada de rojo oscuro en cada producto que quería.

Vi como metió dos cenas de microondas en su carrito y a continuación, se dirigió por el pasillo de  productos de cuidado personal. Asentí a mí mismo cuando vi que recogió dos paquetes de seis condones.

-Nada mas que una puta.

Sentí una fuerte emoción al estarla acechando de este modo; saber lo que ella era y que ella no estuviera al tanto que yo la estaba viendo. Se sentía sucio. Ilegalmente sucio - como si fuera un secuestrador o algo peor.

Ella tomó una bolsa de Doritos familiar y luego le seguí hasta el pasillo del licor. Se detuvo y tomó una botella de vodka de un litro. Entonces ella me miró.

Yo me aparté mi mirada al instante; Me sorprendió.

Mantuvimos contacto visual durante casi cinco segundos.

Luego ella se volteó.

Ella no me conocía. Lo único que vio fue otro comprador anónimo. Ahí
no había nada extraño de mí en absoluto.

Antes de que ella se volteará noté un destello de algo en su rostro.
¿Qué fue eso?

¿Envidia?

Probablemente.

Al mirarme ella solamente veía lo que jamás podría tener.

Su bolso se estaba rompiendo en las costuras. Su ropa necesitaba ser lavada. Yo podía ver su futuro sombrío en cada elemento de su cuerpo y de su movimiento.

Dejé que se alejara y luego gradualmente fui tras ella de nueva cuenta, entrando detrás de ella en la cola de pago de la caja, agarrando rápidamente algunos chocolates y una revista para poner en mi cesta para que nadie se daría cuenta de que no había tomado nada.

La puta estaba justo en frente de mí.

Di un paso cerca de ella y mi cara terminó sólo a centímetros de la tela artificial y brillante de sus tirantes de los hombros. Miré su piel pálida, el modo suelto en que su pelo rubio caía en sus hombros y mientras respiraba lentamente, empecé a oler su aroma. No reconocí el perfume pero era barato. Oculto en el aroma también pude oler pizcas de su olor corporal, no está completamente enmascarado.

La dependiente pasó las cenas de microondas de ella por la caja.

Me imaginé a esta puta, sentada sola en la mesa de la cocina comiéndolas. Me imaginé siendo ella, viendo sus manos frente a mí, llevando la comida a mi boca.

La caja sonó mientras pasaban los Doritos y el vodka.

Más tarde ella se sentaría delante de su televisión, vegetando, bebiendo sola y metiendo Doritos en su boca, alternando bocanadas de su cigarrillo y tragos de vodka directo de la botella. En mi mente, era yo sentado allí, con los pies enfrente de mí, con los tobillos cruzados, con las uñas mal pintadas en los dedos de los pies expuestos y botella en mano.

Finalmente, la dependiente pasó los condones, lo que hizo que mi mente empezara a imaginar lo que esta puta haría con ellos.

Eso me excitó, allí parado oliéndola, imaginando ser ella, teniendo a un hombre gigantesco obligándome a…

En ese momento ella me vio con una mirada de desprecio y con ese mismo desprecio me dijo- ¿Qué mierda ves? ¿Algún problema?-

Me sonrojé -“Perdón, nada. Sólo estaba soñando despierto."

Ella se dio la vuelta, dejando caer un puñado de billetes arrugados en el cinta transportadora.

A continuación la vi alejarse mientras yo  pagaba rápidamente mis artículos.

En el estacionamiento ubicado en planta baja de la tienda, mi hijo adolescente me estaba esperando donde lo había dejado, desplomado en el asiento del pasajero de nuestro BMW, con el suplemento de fin de semana del periódico tan cerca de su rostro que sólo me escuchó sin verme. -“Te tardaste”

-“Guarda silencio”

Encendí el motor.

Mi puta estaba en el límite del estacionamiento, con una bolsa de compras colgando de cada mano. Salí en el carro y  a la distancia la seguí con la mirada. Todavía distraído con el periódico, mi hijo no se dio cuenta de nada.



Capítulo 2


La vida en mi casa era terriblemente aburrida. No había vida sexual de la cual hablar; nada para capturar mi espíritu ni mi imaginación. Toda mi vida yo había fantaseando en someterme a una transformación; desde la primera vez que oí sobre el Golden Gloom cuando era niño, contado como parte de una tonta historia de terror.

Es extraño tener una fantasía - mentir despierto pensando en ello, mientras escucho los ronquidos procedentes de la cama a mi lado -  y entonces encontrar suficiente "Evidencia" para convencerme de que la leyenda era verdad. Escuché anécdotas que podría tener otra explicación, pero también suficientes historias como para impulsar una investigación más profunda de mi parte.

No sabía realmente  lo que era el Golden Gloom. Nadie lo sabía. La poca información que había logrado encontrar al respecto en internet y en la biblioteca sugerían que tenía una  naturaleza mística peculiar y que las preguntas sobre eso era mejore dejarlas sin respuesta. Eso para mí era ridículo - obviamente cualquier clase de magia debía tener su origen en la ciencia. Esto no tenía por qué ser diferente. No hay poderes que no puedan ser estudiados.
El misterio era una ilusión. Por otro lado, eso no hizo que fuera más comprensible para mí.

El Golden Gloom parecía ser una fuerza aleatoria, elegía sujetos sin razón lógica ... aunque podría ser invocada con los conocimientos adecuados.
Si existían patrones para poder verla, ninguna de las fuentes que pude encontrar revelaron mucho al respecto. El único vínculo que encontré fue la envidia - y en la mayoría de las veces era una sucia atracción masoquista hacia algo vulgar.

Un hombre podría convertirse en la desnudista por la que él babeaba noche tras noche, preguntándose cómo se sentiría ser tan vulgar.

Una duquesa podría volverse su criada inmigrante que lucha de rodillas para limpiar los azulejos sucios bajo el inodoro; la sirvienta cuya vida es tan perfectamente simple.

Un niño abusado podría convertirse en su violento padre alcohólico, devolviendo el   castigo brutal tal como se lo habían hecho, ya que esos instintos se convirtieron en los propio.

Y yo podría convertirme en  una prostituta analfabetos de mala calidad, vendiendo mi cuerpo barato a hombres grandes y peludos, cuyas pocas habilidades sociales no les permiten  conseguir placer en otra parte.

El Golden Gloom elige a sus sujetos,  uniéndose a sus envidias secretas y transformado toda la realidad que les rodea, empujándolos por completo hacia esta nueva vida que habían deseado, borrando sus pensamientos y sentimientos propios
por aquellos de su objetivo.

Y yo también tenía ganas de experimentar esta inmersión. Tenía ganas de renunciar a todo lo que me hizo lo que yo era y revolcarme en esa vida despreocupada y libertina por un tiempo.

Yo quería ser esa puta.

Y yo tenía los medios para hacerlo: el poder de  invocar esa fuerza, en lugar de esperar que por el azar me eligiera.

Y podría hacerlo  justo ahora.

Yo poseía el encantamiento necesario convocar al Golden Gloom por tres semanas; lo encontré en un viejo libro sin cubierta que se encontraba  en la biblioteca Barton. Día tras día había buscado a una persona en la cual me gustaría convertirme. Ninguno de ellos había llegado a obsesionarme. Sin embargo, en la última semana, había comenzado a fantasear todo el tiempo en dejar detrás a mi respetable
persona, sólo por una noche, y convertirme en una puta. Sólo por una noche, pero
¿qué experiencia tan fantástica sería? Sería algo más fuerte que todo lo que había experimentado antes - era una profunda desviación del aburrimiento de mi vida normal sin preocupaciones.

Fue la cosa más absorbente que jamás había considerado.

¿Y de hecho encontrar a una puta de verdad? ¿Tener esta oportunidad? Eso era irreal. Pero allí estaba ella: la mujer en la cual me iba a convertir.

No era más una fantasía. Mi futuro estaba delante de mí.



Capítulo 3


La puta   pasó  cruzado por debajo del ferrocarril a lo largo de la carretera a través del paso subterráneo, mientras yo seguía manteniendo mi distancia. Ella caminaba por la acera del otro lado y giró a la derecha en las afueras de Pondgate.

Su casa no estaba lejos del primer camino. El idiota de mi hijo seguía leyendo, perdido en su bendita ignorancia. La vi entrar en su casa y luego me detuve enfrente.

Era un alto edificio totalmente decaído, la vegetación destruía el yeso de la fachada. Así estaba todo el distrito, rindiéndose al tiempo y al colapso. Todo el barrio estaba asentando en la obsena degradación, tanto en los edificios  como carnal, con sus habitantes de clase baja. Comparada con la hermosa Nockton, su ciudad gemela, Barton era un nido de alcoholismo, abuso de drogas y desempleo. Era el hogar de la mano de obra de la fábrica de aceite y de las zorras de sus esposas dependientes de cajas registradoras. Yo normalmente hubiera preferido estar bien lejos de aquí. Era horripilante considerar convertirse en uno de sus habitantes, aunque fuese temporalmente.

"Espera aquí" - dije -“Vuelvo en un momento.”

Mi hijo gruñó cuando bajé del auto y comencé a subir los escalones de la puerta principal. Creo que no me había mirado a los ojos durante todo el día.

La puta había dejado la puerta abierta. El pasillo era obviamente, compartido. Observé que cada puerta tenía un número en ella. El edificio era tan miserable y sucio por dentro como lo había sido en el exterior. El polvo era como un líquido negro delgado que se extendía  en las paredes y las barandillas. Mantuve mis brazos pegados al cuerpo mientras avanzaba.

Ella no se encontraba a la vista, pero escuchaba pasos en la escalera, por lo que la seguí por dos pisos. Doblé en la esquina hacia el segundo piso justo al mismo tiempo que veía que una puerta se cerraba. Ahí era.

Mi cabeza estaba deslumbrada. Mi estómago gruñó, haciéndome sentir náuseas repentinamente.

Este era el momento.

Metí la mano en el bolsillo de mis jeans y saqué el trozo rectangular  de papel con el encantamiento. Sólo  eran cinco palabras, cada una de ellas cortada en sílabas con sonidos difíciles de pronunciar. Yo no me había atrevido a leer más de una sola palabra antes de este momento y hasta eso había tenido efectos extraños en la presión y temperatura de la habitación en que estaba.

Era imposible saber si la constricción en mi vientre era miedo o emoción. Yo sabía lo poderosas que eran las fuerzas que estaba a punto de invocar.  Si una palabra del hechizo tenía un efecto tan potente, ¿Cuál sería el resultado de las cinco?

Bastaba con leer hacia fuera y enfocar mi envidia hacia esta mujer para orientar el hechizo - eso era todo lo que tenía que hacer ahora. Bastaba con leerlo.

En mi mano temblorosa las letras de por si movidas se ponían borrosas. Tenía que concentrarme en mantener quieto el papel.

Para poder a ser una puta por una noche. Para experimentar todo lo que ella
hacía. Para poseer ese cachondo cuerpo como si se tratara del mío. Para hacer las cosas que ella hacía como si fuera realmente ella.

Por eso era qué estaba haciendo esto. Por eso me  tenía que enfocar.

Estabilicé el papel con mi otra mano y empecé a leer.

Mientras la primera palabra salía de mi boca yo hice una mueca, esperado con temor una especie de golpe terrible; pero no vino. Hice una pausa.

Entonces sentí cómo mi cara se ruborizaba como si sintiera una brisa de verano, mientras que la presión de mis orejas y en la parte superior de la garganta se empezó a elevar. Tragué saliva tratando de aliviar la sensación.

Leí la segunda y la tercera palabra rápidamente, mientras escupía saliva luchando por conseguir que mi lengua pronunciara las extrañas sílabas.

Un estremecimiento pasaba por la casa. Era visible - una onda física
viajando a por las paredes y  el suelo. La madera crujía. El polvo se elevó en el aire.

La cuarta palabra fue breve. Pasó rápidamente por mis labios. Esperé  algun tipo de efecto en mi entorno, pero no había ninguno.

Miré a la última palabra en el papel delante de mí. Sólo una más y entonces yo no sería capaz de retractarme. Incluso no podríaestar seguro que el efecto del Golden Gloom se centraría
en este lugar o en mí. Las palabras en el papel queya  había estaban empezando a brillar de un color amarillo brillante. Delgadas estelas de humo se elevaba desde el papel hacia mis dedos.

Si me detuviera ahora, ¿qué pasaría?

Estaba asustado.

Yo quería seguir, pero ... Esto era demasiado.

Leí la última palabra - la quinta palabra.

Las letras del papel parpadearon entre amarillo y luego blanco. A continuación, el papel se encendió en llamas.

Grité, lo solté, pero el papel no se cayó. Evitaba frente a mí a nivel de los ojos, girando.

Girando.

Ardiendo.

Luego desapareció en una cortina de humo.

La casa quedó en silencio e inmóvil.

Estaba hecho.

No había marcha atrás ahora.

El Golden Gloom estaba en camino.

Ya estaba aquí.


Capítulo 4

Me quedé mirando la parte trasera de mi puño, cercano a la desgastada madera blanca de la puerta.

Cada cosa que hice me llevó más cerca a convertirme en ella; a ser succionado por
ese cuerpo y esa vida. Cada paso fue un paso que no podía dar para atrás.

Mi cerebro estaba temblando, me decía una y otra vez que caminara de vuelta a mi
coche, pero mi cuerpo lo ignoró, consumido por la excitación que crecía
entre mis piernas y se difundía por mis muslos.

Toqué la puerta.

Una voz de mujer insultó del otro lado de la puerta y luego se quejó.
Escuché pasos acercándose.

Se me ocurrió que ella podría pensar que era un cliente. Yo no llevaba mucho dinero, pero eso me hizo reír. Ella lucía barata. Lo más probable es que llevara más que suficiente.

Cuando se abrió la puerta, la puta tenía abierta su boca pintada de rojo, su pelo formaban un cuadro alrededor de su pálida cara, cuello y pecho. Ella me reconoció enseguida.

“¿Qué carajos pasa?”

"Eh, discúlpeme," dije impulsivamente, deseando haber planeado lo que iba
decir. “Perdón por molestarle. ¿Puedo entrar?"

“-¿Quién eres? ¿Qué quieres? ¿Me estás siguiendo? Te vi en la tienda.”

“Perdone por esto. Debe lucir mal. Tome esto”- Saqué un par de billetes de veinte- ”sólo quiero hablar.”- Miró el dinero mientras se lo entregaba. -“Solo hablar.”

Ella me miró de arriba abajo, tomó el dinero y se encogió de hombros. -“Que demonios”- Ella entró y yo la seguí. Puso el dinero sobre la mostrador de la cocina, pasó la punta de sus dedos en ellos por un momento y luego se volteó hacia mí.

La habitación era un  ático, sin alfombra y sin nada que le hiciera sombra a la luz del techo. El equivalente  a una cocina estaba en una hueco en un extremo de la
habitación: refrigerador de color blanquecino y una parrilla con quemadores oxidados. Había una mesa de madera desnuda y un colchón en el piso debajo de la ventana. ¿Cómo sería vivir aquí?

No podía esperar para averiguarlo.

-“Es muy bonito."

"No seas sarcástico. ¿Qué carajos quieres?”- Ella me miró con desconfianza, con los brazos cruzados, los tobillos cruzados, recargada en el borde de la mesa.

Todo lo que tenía que hacer era aguantar hasta que el poder tuviera la oportunidad de
tomar efecto. Me sentí aterrorizado por un momento. Mis fantasías me habían metido en
problemas antes, pero estaba emocionado. Hacer esto fue muy imprudente y estúpido de mi parte, lo reconozco, pero mi vida era tan aburrido. Necesitaba una liberación de algún tipo.

"Quiero sentarme y mirarte. Nada más."

“¿Qué?”

“Sólo verte. ¿El dinero que te di suficiente o quieres más?"

Sus ojos se posaron en mí, pensando. “¿Sólo verme?"  Ella se encogió de hombros. -“Lo que me diste será suficiente por ahora“

Tomé una silla y me senté frente a ella. Ella parecía incómoda, no acostumbrada a este tipo de trato, pero no con la suficiente posición como para arriesgarse a perder el dinero que había dado.

No había rastro de que la sala se oscureciera como mi investigación me había ensañado que acompañaría a los efectos de esta extraña fuerza, pero sabía que tenía que
pensar en lo que me parecía atractivo de estar aquí. Invocarlo de alguna manera.

La miré en sus grandes pechos, ligeramente caídos, en los lados contraídos de su cara. Llevaba demasiado maquillaje de los ojos. No le importaba que su ropa era llamativa y demasiado reveladora. ¿Qué tan bueno se sentiría ser capaz de mostrarse así, sin cuidado?

La única luz en la habitación provenía de la ventana sin cortinas. Apareció una tenue
sombra, como si una nube hubiera pasado frente al sol.

Ella frunció el ceño mirando hacia allá.

Mientras volteaba el cuello miré el suave contorno de su cara, siguiendo la forma de su piel sobre el hueso. Miré su top sin mangas, al bulto expuesto que eran sus pechos, su hombros redondeados. Su  completa actitud reflejaba  indiferencia; descuido. Sus manos descansaban palma arriba,con los dedos sobre sus muslos. Podía ver su esmalte de uñas de color escarlata, con irregulares en el pintado.

Tan diferente de mí. Tan diferente de lo que yo era.

La sala se oscureció de nuevo.

"Parece que llueve”, dijo.

El piso era tan escuálido. Mi casa estaba perfectamente ordenada; perfectamente limpia.
Pero a  ella no le preocuparse. Dejaba ollas sucias en el fregadero. Ignoraba los puntos negros de la humedad que crecían por las paredes.

La habitación adquirió un tenue brillo dorado como de atardecer. El aire se volvió pesado y grueso; difícil de ver a través de él, como borroso. Extrañas sombras negras  se arrastraron alrededor de los bordes de la cara y los brazos de la puta de forma que ella no parecía verlos.

Un chorro de pánico y emoción alimentó mi sistema. ¡Realmente está sucediendo!
¡Era realmente cierto!

Levanté mis manos frente a mí. Mis mangas estaban ondulando como arena en un terremoto. La negrura se extendía en ambas direcciones de mis codos.

A su paso dejaba al descubierto mis brazos pálidos. Se deslizaba por mis manos y dedos, haciéndolas más pequeñas. Mis uñas cambiaron en copias de las de ella.

¡Estaba pasando! ¡Pero yo estaba aterrado! ¡Demasiado!

Yo no quiero ser esta puta. Quería ser yo mismo. Yo no quiero vivir en esta pocilga en medio de la suciedad y las cucarachas.

La ondulación negra se calmó. La habitación se iluminó. Me levanté de silla tratando de aclarar mi mente y quitar cualquier imagen de ser ella.

No quería más. No quería dejarme llevar.

La luz en la habitación volvió a la normalidad, mientras estaba de pie con la mano en el pecho, jadeando.

Jadeando.

Era mi mano la que estaba viendo. No la de ella. Mía.

Gracias a Dios.

“¿Qué mierdas está pasando contigo?”- dijo la puta. -“¿Por qué no te relajas?"

Me sentí totalmente fuera de mí. Mi cuerpo estaba sudando. Podía sentir las gotas en la frente.

Esto fue demasiado. No me gustó. Yo no quería ser ella. No quiero ser una prostituta. ¿Por qué habría de querer? Yo no lo haría.

Apreté las manos con mi frente.

¿Era posible que yo estaba siendo influenciado de alguna manera? Tal vez había malinterpretado el poder del Golden Gloom todo el tiempo. Tal vez todas las fuentes que había leído lo habían hecho.

¿Qué pasa si no respondía a los deseos antinaturales de asumir una nueva vida?
¿Y si más bien inspira esos siniestros  sentimientos en primer lugar?

Me senté.

La puta me estaba mirando perpleja. Tomó una silla y la puso justo en frente de mí y se sentó de manera que sus piernas quedaron sobre las mias, una rodilla sobre la pierna izquierda, la otra rodilla entre mis muslos cerca de la ingle. Ella puso su mano en mi rodilla. “Tranquilo. Todo está bien. Es necesario que te tranquilices. Déjame ayudarte".

Ella movió su mano más arriba en la pierna y me acarició mientras la bajaba de nueva cuenta.

Me sentí mejor inmediatamente. Se estaba calmando, no importa cuán extraño y absurdo podría haber parecido,  sí me había dado tiempo para pensar. Mi pulso se desaceleró, pero el sudor no se secó. Yo estaba hasta mi límite, pero ese movimiento abrió una ventana  a una excitación que comenzó a extenderse desde mientrepierna. Me estremecí y suspiré.

Se sentía bien. Se sentía muy bien.

Se humedeció los labios y su mano se movió hasta su pecho. “Te gusta verme, ¿verdad? Tú me estabas mirando en la tienda”.

Asentí.

"Quieres ver más, ¿cierto? ¿Quieres verme jugar conmigo misma?” Se tocó sus pechos a través de su top y gimió. "Oh, sí, eso se siente bien.”

Mi excitación estaba aumentando. Su mano acarició vez más cerca de mi ingle. No podía apartar los ojos de la piel pálida en la parte posterior de su la mano y de sus dedos mientras masajeaba su teta.

Me estaba excitando cada vez más, perdiéndome en esta experiencia que yo no había planeado.

Luego, desde la parte posterior de la cabeza un pensamiento empezó a encerrar mi mente. Se filtró y se envolvió alrededor de mis pensamientos conscientes de forma tan sutil que apenas lo sentí.

Me preguntaba cómo se sentiría estar jugando con sus tetas como si fueran las mias - gimiendo de placer de forma melodramática.

Vi sus dedos masajeando, su lengua pasando saliva sobre sus labios, me fijé en sus ojos semicerrados por el maquillaje exagerado y estridente.

Traté de empujar este impulso - de repudiarlo. Yo sabía que el Golden Gloom estaba influyendo en mis pensamientos. Pero yo no podía evitar este surgimiento  que estaba tomando el control y el cual no quería irse. La deseaba demasiado. Yo quería ser ella - para hacer estas cosas repulsivas que ella estaba haciendo - vivir la vida que estaba viviendo. Solo por una noche.

No pude evitarlo.

La sala se oscureció pero no me importaba.

Su mano se movió de mi pierna a su entrepierna. Se frotó el clítoris por encima de la tela de sus leggings,  luego se metió la mano y dejó escapar otro gemido. Como reflejo de su movimiento metí mi propia mano hacia abajo en la parte delantera de mis jeans. Mi otra mano fue a mi pecho y en mi mente sentí que tenía sus grandes tetas en mis dedos, estaba sintiendo  la misma excitación que ella.

La habitación se oscureció más todavía. La penumbra cubría todo. Cerré los ojos y gemí.

No me importa si realmente pasaba. Yo lo quería. Yo quería ser esta basura escoria - esta puta. Yo quería que el Golden Gloom tomara todo lo que era mío y me diera todo lo que era de ella - su cuerpo cachondo y ropa reveladora, su pequeño y sucio departamento y sobre todo, su oficio. Quería venderme por dinero.  Yo quería dejar fluir cada impulso lujurioso que tenía y exponerme a ser controlada por todos los hombres con el dinero suficiente para pagarme.

A través de mis párpados cerrados vi a la oscuridad que se deslizaba sobre mi cara.

Estaba hasta mi límite. Mi orgasmo iba  aumentando.

Mis gemidos estaban creciendo, cada vez más fuertes y al mismo tiempo lo hacían los de la puta. Cada vez más fuerte. Cada vez más ruidosa.

A continuación, en una explosión silenciosa, sus gritos se desvanecieron y los míos se hicieron cargo. Grité mientras me venía  y mi grito era su gritó. Era el grito de una puta.


Abrí los ojos, pero el orgasmo me seguía recorriendo. Casi no podía respirar.

Yo era ella. Yo era la puta. Su teta estaba en mi mano. Era mi teta. Mi mano estaba en la parte delantera de su cuerpo.  Mis piernas. Mi cuerpo.


Me había convertido en ella.

Estaba jadeando.

El orgasmo se estaba desplazando en oleadas.

Me sentía totalmente vivo.

Y entonces, mientras esto me consumía, los sentimientos pasaban.

Y me di cuenta de que estaba sola.

La silla frente a mí estaba vacía.

La puerta del departamento se cerró de golpe. Miré hacia el ruido, sorprendido.

La habitación estaba vacía.

Estaba completamente sola.

Me levanté y empecé a correr a la ventana, me tropecé de inmediato, y estuve a punto de caer. Ahora yo llevaba puestos unos tacones abiertos  en la punta. Mi centro de equilibrio estaba desbalanceado. Miré hacia abajo a las uñas mal pintadas de mis dedos desnudos, también con los tobillos desnudos. Era todo lo que podía ver gracias a un par de enormes pechos que bloqueaban mi vista.



Pero traté de sacar esas cosas de mi mente. Me tambaleé hacia la ventana, dando tumbos en estos zapatos poco ortodoxos y me sostuve del marco de la ventana para evitar caer.

Afuera vi mi auto - el coche en el cual había seguido  a la puta  a su casa. En medio del parabrisas delantero pude ver una mancha blanca - el periódico de mi hijo.

Entonces oí la puerta principal del edificio cerrarse y quedé con la boca abierta al ver a la persona que salía y se dirigía al coche.

La persona no fue precipitadamente ni volteó hacia arriba a donde yo estaba, pero sabía que era yo.

La persona se metió en el coche y la vi marcharse. Yo lo vi hasta que se perdió de vista y fue sólo entonces cuando realmente me di cuenta que me había aquí quedado sola en este cuartucho. Fui dejada aquí porque yo no pertenecía más a  ese coche con un hijo adolescente y una bonita
casa grande en Wilder. Yo pertenecía aquí, en medio de la suciedad y la humedad. Yo pertenecía ahora a esta triste guarida de prostituta.

Porque yo era una prostituta ahora.

Me había convertido en la puta que vivía aquí.



5


Se sentía tan bien.

En su asqueroso baño  miré mi reflejo - su reflejo.





Tenía pelo rubio ahora y tetas grandes. Las sostuve con mis delgados dedos, cerrando los ojos, imaginando que era un hombre el que lo hacía. Las apreté fuerte,  como lo haría un hombre duro,  torpe e insensible, y jadeé un poco en el tirón de dolor que sentí. Yo tenía ahora la llamativa cara  y el cuello flácido de la zorra. Yo llevaba su ropa terriblemente reveladora. Esta era yo ahora. Era mi
cuerpo. Mi cara.

Mientras movía mis brazos enfrente de mí, me maravillaba de las diferencias
podía ver: el llamativo esmalte en las uñas, el escote expuesto. Mis brazos no eran gordos, pero no existía una definición muscular. Mi piel no era para nada firme.  Yo podía presionarla con los dedos. Se sentía tan suave y tersa.

"Soy una puta”, le dije, sonriendo a la escoria de mal gusto que me estaba guiñando en el espejo de forma provocativa. "Soy una basura. No soy más que una puta prosti barata ".

Oh, esto era bueno. Realmente bueno.

Mi voz se había adaptado. No era sólo el tono y el sonido lo que había
adoptado: los efectos físicos de sus cuerdas vocales. También heredé su forma de hablar.

Esa era la belleza del Golden Gloom. La transformación física era sólo el primer paso - la primera barrera para cruzar. Mi mente también había sido alterada de forma que etérea e invisible, de formas que no podía detectar totalmente aún.

Pero me sentía a gusto aquí en su departamento. Conocía el lugar. Yo no era una visitante en ningún sentido. Realmente lo había adoptado.

"Soy una ramera” -dije -“Cobro sólo treinta por una mamada. Sólo lo suficientemente para tener licor y comida. Y cigarros”.

Me reí.

Había una pared ahora entre yo y mi vieja personalidad. Todo sobre mí había cambiado. Era como si me hubiera desenganchado temporalmente de mi destino y lo hubiera reemplazado con el de ella.

Me estremecí, adorando la ola de claustrofobia que se produjo cuando pensé en eso. Su destino: el mío.

Si no cambiara de nuevo, entonces esta sería mi vida para siempre, prostituyéndome  a empresarios y trabajadores.

Pero sabía que el secreto del Golden Gloom. Yo sabía cómo volver a mi auténtica vida.

Todo lo que tenía que hacer era invertir el proceso - concentrarme en las virtudes de
mi antigua vida sobre ésta. Mientras no me pierdo en este nuevo siniestro rol entonces sería capaz de volver atrás.

Mientras no me pierda...



CONTINÚA. Por favor díganme si quisieran que hiciera la traducción del resto

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